domingo, 21 de octubre de 2007

Spirits!

La lluvia agotó el calzado que llevaba puesto, y mientras seguía el paso a paso, sentía una molesta filtración en la esquina de mi pie derecho. nada podía hacer, sólo seguir, caminar para poder alcanzarte. En algún momento todo se hizo lo suficientemente difuso como para pensar en dejar todo a un lado del camino y sólo estirar mi cuerpo y caer sobre la grama humedecida.
De todas formas, nunca fué una opción congruente; más bien parecía un pretexto para hacer todo más fácil. Pero continuamos, seguimos viéndonos las caras, acariciando cada corpúsculo de nuestra inmensa esfera, abrazando cada centímetro de amor, que hasta ese tiempo estuvo oculto en sólo miradas y roces que hacían parecer que algo grande se aproximaba. Se aproximó tanto, que fue cuestión de esperar a la ocasión propicia para que los efluvios de sentimiento se volcaran en la expresión primera de un amor incontenible.
Ese primer beso, multiorientado, horizontal y vertical al mismo tiempo, fugaz, espontaneo... ya va un tiempo desde aquello, y sigue siendo una hermosa modificación de la repetición de aquellos, pero el efluvio sigue aumentando su caudal.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Animad-versión!

volvimos a vernos las caras, volvimos a sonreír, volvimos a caer en el juego,
volvimos a gritar por las calles, volvimos a vivir el amor, volvimos a subir a los cielos,
volvimos a la antigua versión, a la versión loca, romántica, atrevida, rápida, destellante, multiplicada por cien, por mil, y por un millón de años luz por sobre los demás.
volvimos a escribir, por sobre cualquier proceso que involucre pensar, y sólo es necesario volcar las letras en un papel, en un borrador, o en las teclas de la remington para poder saber que los pensamientos no existen, y sólo la sencillez del fluir del sentimiento puede ser catalogada como una buena manera de vivir, de sentir, de reír, y de seguir con la misma versión de la melodía. do, re, mi, fa, sol, la, si, do.

Obliteración.

quisiera hablar muchas cosas hoy por hoy,
creo que es mejor callarlas y esperar,
esperar a que esto crezca, y se marche por si,
después de todo, las mareas pasarán, y la suave y cálida brisa que se vuelve reberverante nos inundará, y el fulgor de nuestros cuerpos, de nuestras almas, nunca sucumbirá ante la preciosa vista de los ojos estumecidos del falso amante, del eterno asechador, de una mentira corporea, de un engaño latente y de palabras testarudas que nada saben lo que es el sentimiento, y sólo tienen manos cercenadas para aceptar el reflejo de brisas hedonistas, llenas de autoadoración cautiva y necesaria para saciar a los demonios, destellos y brillos de un alma putrefacta, maquinada e inservible, que al pasar los años, sólo encuentra pretextos para volver a caer.
una vez más, una puta vez más.