miércoles, 10 de octubre de 2007

Obliteración.

quisiera hablar muchas cosas hoy por hoy,
creo que es mejor callarlas y esperar,
esperar a que esto crezca, y se marche por si,
después de todo, las mareas pasarán, y la suave y cálida brisa que se vuelve reberverante nos inundará, y el fulgor de nuestros cuerpos, de nuestras almas, nunca sucumbirá ante la preciosa vista de los ojos estumecidos del falso amante, del eterno asechador, de una mentira corporea, de un engaño latente y de palabras testarudas que nada saben lo que es el sentimiento, y sólo tienen manos cercenadas para aceptar el reflejo de brisas hedonistas, llenas de autoadoración cautiva y necesaria para saciar a los demonios, destellos y brillos de un alma putrefacta, maquinada e inservible, que al pasar los años, sólo encuentra pretextos para volver a caer.
una vez más, una puta vez más.

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